La nena NO de Arturo Belda

– ¿Qué son esos papeles con que anda la nena? ¿Qué es, un Evatest?
– ¡No querido! ¿Cómo se te ocurre? La nena no anda en esas cosas. Mirá vos, nada menos que un Evatest. ¡Pensá en lo que decís! Son unos papeles del colegio, algo que tiene que ver con el nuevo libro que escribió su profesor.
– Ah. ¿Y tanto le interesa ese profesor? ¿Qué tiene de particular ese libro?
– Pasa que ese profesor es un señor muy culto, muy erudito, acaba de editar un nuevo libro. Vos sabés cómo son las chicas hoy en día, están muy entusiasmadas con su profesor.
– Ya veo, ya veo. Mirá, un libro hoy en día lo publica cualquiera. Cualquier boludo que se ponga con la guita para la imprenta y ya está.
– Ah no, vos no sabés, ese profesor es divino, es algo formidable, es fuera de serie. Te digo que es filósofo y…
– ¡Pará, pará! ¿Filósofo ese tipo? ¿Filósofo de dónde? Si es un salame más bruto que un arado. ¿Escritor?, bueno, escritor es cualquiera. Hay miles de millones de boludos y boludas que son escritores. Si no, mirá, mirá cuántos talleres literarios hay y cuántos imbéciles se inflan pensando que son Borges.
– No seas injusto mi amor, si vos apenas lo conocés. Ese señor es además un destacado columnista de distintos me…
– ¡No sigás, por favor no sigás!, que se me hincha la vena. No me vas a decir que ese mamerto, ese flor de pelotudo es columnista. ¿Columnista de qué? A menos que sea albañil y haga columnas de cemento. Yo no sé, no sé qué tenés vos con él.
– ¡Qué voy a tener, por favor! No sé qué te pasa con ese profesor.
– Mirá, lo que pasa es que yo al filósofo ese, cuando él va, ¿qué querés que te diga?, yo ya vengo de vuelta. Algo tiene con la nena.
– Muy bien, vos insistís con lo mismo, pero yo te digo que no pasa nada. La nena es muy chica todavía y no anda para nada en esas cosas.
– Vos decís así, pero yo ojalá pudiera pensar lo mismo.
– Entendé querido que la nena está haciendo un trabajo muy importante en la escuela, y justamente se trata del nuevo libro de ese profesor. ¿Está claro?
– ¡No, no está nada claro! Vos sos una boluda y la nena es más boluda que vos.
– Ay, no te entiendo. ¿Qué te pasa?
– Te dije que ese tipo no me gusta y vos la seguís como si fuera un gran señor.
– Es que es un señor, todo un gran señor y yo no sé qué te pasa con él, si ni siquiera lo conocés.
– Yo te digo que es un hijo de remil puta y que se quiere garchar a la nena, si no es que se la garchó ya, que eso es lo que me da más miedo.
– ¡Ay, no seas bruto! ¡Las cosas que decís! Menos mal que la nena no está en casa.
– ¿Cómo que no está la nena? ¿En dónde está a estas horas de la noche?
– Se quedó en la casa de una compañera para estudiar, se va a quedar a dormir para que no tenga que viajar tan tarde.
– ¡Ay, la remil puta que los parió! Llamá en seguida por teléfono a esa casa que quiero hablar con ella.
– Es muy tarde.
– ¡No me importa!
– No tienen teléfono.
– ¿Dónde queda?, me voy volando para allá.
– Uyy, no me dejó la dirección.

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