JUGUETES, de Marta Burdeos


Todo pasa rápidamente por mis ojos, en una lucha contra el tiempo. Las imágenes corren por la ventanilla del colectivo como una película a gran velocidad. A veces así se me pasa la vida sin darme cuenta.
De pronto la marcha se detiene y puedo observar con detalle la vidriera de una juguetería y, como si el tiempo retrocediera, vuelvo a los años de mi niñez. Mi asombro, al descubrir esas piecitas de madera, me hizo exclamar: ¡Eso es lo que yo quería! Los mueblecitos justo a la medida de aquellas muñecas que tenía y ya se rompieron.
Pero hay una que aún conservo. La que tiene cuerpo de porcelana y pelo castaño que parece natural (no de plástico). Tiene los brazos y piernas flojas, y le falta la mano derecha, que está guardada en una cajita dentro del costurero.
No sé cómo se salvó de tantos juegos, de tantas mudanzas, y no fue a parar a los cajones llenos de juguetes desarmados que pronto terminaban en la basura.
Era especial, era mi preferida.
Ahora quedó como adorno de antigüedad en un estante de mi cuarto. De vez en cuando, si nadie me ve, la peino y le arreglo el vestido. Su carita sigue sonriéndome como antes, cuando era una niña feliz sin preocupaciones. Solo me importaba pasearla en su cochecito y darle de comer. ¡Cómo me hubiese gustado tener estos muebles de cocina!
Es una testigo silenciosa de mi vida. Me acompaña, me espera y pase lo que pase siempre sonríe. A veces me pregunto cómo me verá desde su interior. ¿Sentirá que la he abandonado en un rincón..., que he perdido toda la magia del juego?
Tal vez ya tendría que deshacerme de ella. A mi hija, de pequeña, nunca le llamó la atención. No reparó en esa carita graciosa con ojos vivaces que se abren al sentarse y se cierran cuando se inclina hacia atrás.

Al final de mi viaje algo extraño pasó. Cuando volví a casa me acerqué a ella y al mirarla advertí que su manito derecha curiosamente estaba pegada al brazo y sus piernas habían sido unidas entre sí por un elástico que las mantenía sujetas al cuerpo.
Yo la guardo…quizás para una nieta o simplemente para mí.

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